La primera imagen que mostraba en la charla era super llamativa:
Es un cartel de la película 300. Esta es una de las cosas que he aprendido desde que soy desarrollador. Y es que un equipo pequeño puede hacer las cosas mucho mejor que un equipo 50 veces mayor. Parece una barbaridad, pero al menos a mi la experiencia me ha mostrado que es así. En mi caso personal tengo a Jobsket. No nos quiero tirar flores. Somos tres personas y hacemos lo que podemos, lo mejor que podemos. Pero todos los clientes a los que vamos se quedan alucinados con el producto y con el hecho de que seamos tres personas en el equipo. Técnicamente todo el mundo coincide en que somos mucho mejores que las alternativas. El aspecto comercial ya es otra historia, claro :)
Pero no quiero ser egocentrista aquí. En la charla hablaba de otra historia. Una historia de tres amigos que fueron capaces de hacer un producto mejor y más querido que el desarrollado por una empresa con más de cien personas dedicadas al mismo. Mis amigos tenían el software funcionando a los pocos meses, mientras que a la empresa en cuestión le llevó años ponerlo en marcha, y creo que aún están en ello. Cuando lo puso en producción causó el caos absoluto: pésimo rendimiento y consumo de memoria y recursos, falta de usabilidad, quejas de los usuarios, vamos que casi causan una huelga general.
Por el contrario todos los usuarios del software de mis amigos lo quieren con locura. ¿Cómo lo consiguieron? Pues siguiendo una serie de medidas muy simples y de mucho sentido común:
- Desarrollo iterativo.
- Despliegue de versiones cada poco tiempo.
- Implementar sólo las funcionalidades que quieren los usuarios.
- Reunirse frecuentemente con los usuarios y que sean ellos los que decidan como quieren que funcione el interfaz.
- Evitar el desarrollo en cascada. No perder el tiempo con arquitecturas mastodónticas que tardan meses en materializarse.
- No perder demasiado el tiempo en documentación. Es necesaria, pero al estar los usuarios tan metidos en el diseño del sistema, lo cierto es que todos ya sabían como se usaba la aplicación. Evitar documentar al principio.
- Trabajo. No hace falta ser los mejores para que todo funcione. Normalmente con dedicación, empeño y disciplina todo se consigue.
Son unos cracks. La gran clave por la que los usuarios querían la aplicación artesanal y no la llamémosla industrial era sin duda la involucración de los usuarios. En realidad el equipo de mis amigos no eran tres personas, sino que eran ellos tres más los cientos de usuarios que participaron en su desarrollo. Usuarios que fueron construyendo ellos mismos la aplicación. Usuarios a los que se les tuvo muy en cuenta a la hora del desarrollo. Y a la hora de la verdad, los usuarios sienten esa aplicación como suya. Es algo en lo que han participado y que se ha desarrollado tal y como a ellos les es más útil para ahorrarse trabajo. Trabajando de esta manera, es muy difícil que los usuarios prefieran otro proyecto, lo desarrollen, 3, 30 o 300 personas.
No sé si soy yo pero para mi el cartel y la película de 300 me recuerda un montón a un departamento de desarrollo. Me imagino que otros departamentos pueden pensar lo mismo del suyo, pero el hecho de que somos un tipo de trabajadores que suele estar aislado, que sufre la ira de managers y usuarios :), y ahí estamos, resistiendo, intentando ser profesionales y hacer las cosas bien mientras los comerciales nos asedian con nuevos marrones y funcionalidades. No sé como lo veis vosotros, pero a mi se me asemeja la historia bastante. Eso sí, al final los espartanos siempre pierden. mmmm, da que pensar :)
comments
3 Respuestas a "We Are Developers!"14:36
En las peliculas siempre ganan los buenos y ya se sabe que no es siempre así, así que en el mundo real los espartanos también tenemos nuestras posibilidades de ganar y de echo así está sucediendo.
17:12
Pierden una batalla, pero ganan la guerra!
No me deprimas que aún soy joven para cambiarme de sector... :P
No podía estar más de acuerdo, mi equipo somos 4 (el año pasado 3) y en nuestro Hudson hay 16 proyectos. Y aun tenemos algunos legacy de mantenimiento que no nos sale a cuenta adaptarlos.
¿Magia? No, talento, dedicación, organización, mucha autoformación y sobre todo creer en lo que hacemos y disfrutar -cuando se puede- de nuestro trabajo.
Un saludo. Qué pena no haber podido ir a verte a Alicante!
16:25
Loq ue tenemos que conseguir es que se valore, se aprecie el trabajo de esos equipos! Hay dar la vuelta a la gente que toca el tambor, para que salgan a flote los euqipos que de verdad empujan los remos.
No podemos seguir consintiendo que los casos de éxito sean islas, o historias de superheroes... :\
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