Este fin de semana hemos hecho una escapada a Belfast. Al contrario de lo que alguno pueda pensar, se trata de una ciudad bastante acogedora, y segura. Es cierto que hay (esta semana pasada por las elecciones) y ha habido disturbios, pero normalmente parece que se queda todo en casa y no va mucho con los visitantes.
Lo que sí que es cierto es que se nota su agitada historia. En muchos edificios puedes ver alambradas, pintadas, carteles de protesta, etc. Es una ciudad muy diferente a Dublín, empezando claro porque es mucho más pequeña. Desde casi cualquier parte del centro puedes ver las colinas que la rodean, y te da la sensación de que la ciudad se acaba ahí, delante de ti. El centro es muy compacto y te lo puedes recorrer en una hora de lado a lado y eso a un ritmo bastante lento. En unas cuantas horas pudimos ver todos los lugares más importantes, y sin ir con prisas.
Una de las cosas que más nos llamó la atención es que al pasar de las seis de la tarde, las calles se quedaban desiertas. Hay muy poca vida, al menos hasta más tarde donde ya vas viendo más gente joven saliendo por ahí. Eso sí, en el centro no hay tantos pubs como Dublín, y no tienes esa sensación de bullicio constante. En cierto modo era algo triste y hacía parecer más fea a la ciudad de lo que probablemente es.
Os dejo alguna foto por eso de que os hagais una idea de como es.
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